viernes, 25 de mayo de 2018

Convertirse en un Cáliz impersonal
Amado Lord Gautama, Señor del Mundo

     La Concentración es uno de los aspectos del seguidor de la verdadera Enseñanza Budista, concentración determinada por el desinterés o motivación altruista. En el caso del que transita el Sendero Espiritual hacia el Corazón de la Luz, la concentración debe ser motivada por un deseo de bendecir impersonalmente a la Vida, de permanecer encarnado físicamente aquí sobre este plano terrenal; de ser necesario - tal y como lo hiciera la amada María, la Santa Madre de Jesús - hasta que haya más Luz y más Virtud Divina aquí, o entrar a las Esferas Internas de Luz (si así se le indica) y ser allí un Sol de Virtud. La doctrina del Buda - tal como descubrí por Mi cuenta, y según se la presenté al género humano - es la de renunciar a la personalidad, y a los intereses egoístas; ¡y esta renuncia llega a las causas y núcleos que motivaron hasta los ejercicios espirituales!
Cuando el poder motivador detrás de todo ascetismo, de todos los ejercicios espirituales y de las auto-negaciones, es la magnificación de la Presencia de Dios, dicho individuo es un discípulo que se merece llevar puesta la túnica del neófito en los Templos del Buda.
Cuando estas disciplinas, ascetismo y los diversos ejercicios espirituales se practican para iluminación personal, y para alcanzar la liberación última únicamente del individuo, la persona logrará un resultado en y mediante el cual dicho individuo eventualmente llegará al punto de estar listo para la Ascensión. Sin embargo, tal persona no se ha convertido en una expresión del Buda impersonal - quien jubilosa y voluntariamente vive y sirve en cualquier plano, dondequiera que Su Luz sea deseada, sea requerida Su protección, sea esencial Su comprensión y sea una necesidad Su Presencia sanadora, elevadora, iluminadora y ascensional. El Buda se convierte en un “cáliz” al cual fluyen sin obstrucción alguna los regalos, Luz y Virtudes del Altísimo. Ese “cáliz” es tan impersonal en la vertida de Sus regalos como lo es cualquier “copa” o grial que está lleno con agua fresca, disponible para todo aquel que tenga sed.

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